Tras escuchar las demandas de distintas organizaciones barriales y comedores comunitarios de la ciudad, la Fundación Río Cuarto 2030 advirtió que hay que trabajar para dar respuesta a una alta demanda de contención en los niños de los barrios más periféricos. Señalaron que ante la ausencia del Estado, se genera una gran deserción escolar y la iniciación temprana en el consumo de drogas.
La Fundación Río Cuarto 2030 es una organización no gubernamental que apunta a elaborar, discutir y consensuar propuestas de políticas públicas para la ciudad y región.
Durante el pasado sábado la Fundación organizó un taller de vinculación con los comedores y organizaciones barriales de la ciudad para intercambiar realidades y formas de trabajo, con el objetivo de articular esfuerzos y potenciar los resultados en el territorio.
Gastón Chiesa, director de la Fundación, remarcó que la principal preocupación que han escuchado de las organizaciones y comedores “es la falta de contención de niños que abandonan la escuela y se inician rápidamente en el consumo de drogas”.
Indicó que la situación de los comedores es de una completa dificultad porque el trabajo es voluntario y en la mayoría de las veces con falta de un espacio propio para desarrollar las actividades.
Pero remarcó que la mayor problemática no es ni la infraestructura, ni la falta de alimentos, sino la falta de contención de un sector de los niños-adolescentes que dejan la escuela y se inician rápidamente en las drogas.
Consideró que esas situaciones superan las capacidades de cualquier comedor u organización barrial de la ciudad.
Lo que pasa en los barrios
Desde la Fundación Río Cuarto 2030 manifestaron que el Estado aporta alimentos, a lo cual se suma el trabajo voluntario de las distintas organizaciones y el apoyo de los estudiantes universitarios, quienes brindan talleres para capacitar en oficios, generar un espacio para que los niños hagan los deberes y que los menores se mantengan interiorizados a partir de la práctica deportiva.
Todas estas actividades son muy importantes, pero no las suficientes para afrontar la problemática de la deserción escolar y la iniciación temprana en el consumo de drogas.
Según la experiencia de los trabajadores territoriales, “lo que mejor ayuda a los niños y niñas a mantenerse en buenas condiciones es el deporte”.
El deporte como herramienta de inclusión
En este sentido, Gastón Chiesa remarcó que “hace falta un acompañamiento más fuerte de los niños, generar programas deportivos permanentes con buena dedicación de los docentes”.
Otra de las situaciones que se observaron durante el taller de integración fue que los niños asisten a los centros comunitarios hasta los 13 años, pero luego dejan de concurrir a estos espacios y quedan sin contención.
Ante esta situación, el director de la Fundación Río Cuarto 2030 remarcó que “los chicos que caen en las drogas y no tenemos un espacio público para afrontar esa problemática, como así tampoco para los niños que dejan la escuela”.
Señaló que es una de las alternativas “es pensar un sistema en donde el deporte mantenga a los chicos de los 13 a 16, como un segundo espacio de participación y que esos comedores puedan mantenerse a lo largo del tiempo”.
La voz de los barrios
Gastón Chiesa destacó la participación de los distintos comedores y organizaciones que participaron del encuentro que se realizó el pasado sábado.
Dijo que durante el taller de vinculación, los disntos referentes barriales expresaron su alegría “de poder escucharse entre ellos, y destacaron que es la primera vez en donde ellos debían generar su propia respuesta a las dificultades”.
Por último, Chiesa valoró este tipo de iniciativas en donde los voluntarios territoriales que conocen las problemáticas de cada uno de los sectores pudieran intercambiar experiencias y vivencias, como así también, entender sus propias limitaciones y definir acciones concretas.
