Según el relevamiento realizado por la Municipalidad, en la ciudad hay un total de 294 personas que no saben leer ni escribir. El 57 por ciento son hombres y el 43 por ciento son mujeres.
Paola Rivero, coordinadora del programa de Alfabetización del Gobierno de Río Cuarto, se refirió a los resultados del relevamiento y la modalidad con la que se llevó a cabo el mismo.
En diálogo con Primero Noticias, indicó que se relevaron ocho puntos de la ciudad y destacó la participación de educadores de los distintos programas de la Subsecretaría de Educación que se comprometieron con esta tarea.
Señaló que el relvamiento incluyó los barrios: Ciudad Nueva, Cola de Pato, Malvinas, Casanovas, Las Delicias, barrio Obrero, Alberdi Noreste, Jardín Norte, IPV y 130 viviendas. Indicó que “las personas mayores de 15 años que respondieron a las preguntas fueron 4600, y de ese total, 294 son las personas que están en situación de analfabetismo”.
Paola Rivero destacó el nivel de interés por la educación en toda las familias que estuvieron visitando, no solamente en los que atraviesan una situación de analfabetismo, sino también en aquellos que no han completado sus estudios.
Tras el análisis de los datos, se detectaron 294 personas que se encuentran en situación de analfabetismo: 123 mujeres y 165 hombres. De ellas, la franja etaria que abarca entre los 50 y los 70 años es aquella donde se encuentra la mayor cantidad de personas que no saben leer ni escribir.
Según el relavamiento, en esas 294 personas hay algunas que no saben nada, otras que no conocen las letras, casos que no reconocen los números ni el dinero, también hay casos que sí saben las letras pero les cuesta armar una oración y otras personas que leen pero no escriben.
Una pequeña luchadora
La coordinadora del programa de Alfabetización del Municipio sostuvo que cada una de esas 294 personas tiene su propia historia de vida con sus particularidades. En este sentido, Paola Rivero relató lo que le pasó a una mujer cuando era pequeña: “Una señora contó su anécdota de cuando era chica. Recordó que su papá desde muy chiquita la mandaba a trabajar, entonces un día decidió acercarse a un policía y le dijo lo que pasaba, ante esa situación, el policía habló con el padre y a partir de allí, la comenzó a llevar a clases”.
Paola Rivero destacó esta historia de a “una niña luchando por su derecho a la educación desde muy pequeña”. Por tales motivos, consideró que “es importante que la alfabetización sea una política de estado”, para saldar este tipo de desigualdades y “darles la posibilidad a todas aquellos vecinos que por alguna u otra razón no pudieron acceder a la educación”.
