Lo aseguró este lunes el juez Emilio Andruet haciendo referencia al operativo de búsqueda del interno de la cárcel local que se fugó este fin de semana.
En las primeras horas de la madrugada de este domingo, desde el Servicio Penitenciario Nº 6 – Río Cuarto constataron la fuga de un interno que se encontraba alojado en el área de pre-egreso ubicada en el sector externo.
Según informó en la mañana de este lunes el juez Emilio Andruet, la madre del hombre vive en una zona próxima a Río Cuarto, donde se lo está buscando. «Él tiene a su mamá por aquí cerca, en una localidad próxima, puede estar allí», dijo el juez, al mismo tiempo que agregó: «también se ha mandado a las comisiones a Mendoza, se ha empezado a hacer la búsqueda en todos los lugares posibles de encuentro».
En diálogo con los medios, Andruet destacó que en caso de que el hombre sea recapturado, éste perderá su beneficio de estar en la última fase y se complicará el cumplimiento de la pena. «Indudablemente, pierde esa fase y se le va a complicar su situación de cumplimiento de pena; pierde esa fase de readaptación y va a ir a un pabellón común», informó Andruet.
Tal como se informó en el día de ayer por parte de la Jefatura del Servicio Penitenciario de Córdoba, el hombre que se dio a la fuga, identificado como Eduardo Eugenio Sofía Lara, se encontraba en la última fase o etapa de prueba.
Según precisó Emilio Andruet, el hombre, de 46 años de edad, estuvo en la cárcel de Mendoza y fue el equipo interdisciplinario de allí el cual entendió que ya estaba en condiciones de ingresar a la fase de prueba. Desde Mendoza, en tanto, el interno solicitó el traslado a la ciudad de Río Cuarto por integración familiar.
El juez explicó que durante la fase de prueba, los internos viven en el área de pre-egreso ubicada en el sector externo del Servicio Penitenciario local. Allí, según puntualizó, amparados por la ley, los internos «no tienen la misma custodia que tiene un interno».
«La ley 24.660 -que rige estas cuestiones- determina que el interno debe tratar de readaptarse a la vida social», expresó Andruet y señaló que en la cárcel local, en dicha área si bien hay custodia, hay un alambre de tan sólo un metro y medio o dos. Precisó que en dicha zona, los internos están custodiados por un solo empleado del servicio penitenciario.
Además, Andruet aclaró que aún no contaba con el derecho a salidas transitorias.
Según insistió el juez, la ley prohíbe que en la última fase, el interno esté en un lugar totalmente cerrado y ejemplificó que en Montecristo y en Villa Dolores, las áreas son totalmente abiertas.
Ante la pregunta de los periodistas sobre si se trata de una persona peligrosa, Andruet destacó que «ya estaba en condiciones de readaptarse a la vida social».
Por otra parte, el juez evitó referirse a una falla del servicio penitenciario alegando que desconocía la situación, al mismo tiempo que resaltó que quien había fallado fue el propio interno de la cárcel por fugarse en una etapa de readaptación social. «Yo creo que lo primero que falló es él mismo porque ya estaba en una situación de reinserción; nunca pasó que un sujeto en esa condición haga lo que hizo este sujeto; si ustedes me dicen si el servicio realmente falló, no le puedo decir ni que sí ni que no porque no conozco toda la actuación, sí le puedo decir que el servicio brinda la situación de seguridad que exige la ley, la ley exige que no sea más que eso».
Finalmente, Andruet hizo referencia a una «confrontación de intereses» y sostuvo que la ley debe ser modificada en muchos aspectos: «la sociedad dice que ¿cómo puede ser que un sujeto con una pena así esté en ese lugar?, pero es la ley la que lo marca», expresó y añadió: «es lo que muchas veces decimos los jueces, nos debemos atener a la letra de la ley».
«La 24.660 ha sido modificada recientemente en algunos aspectos, debería ser modificada en más aspectos en relación a lo que la sociedad está pidiendo», finalizó Andruet.
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