Lo manifestó a Primero Noticias el ambientalista y activista Raúl Montenegro, al analizar la situación del frigorífico Penny Lane, uno de los dos frigoríficos de la ciudad recientemente «sancionado» por la Policía Ambiental de la Provincia de Córdoba.
Tal como se informó en su momento, desde Policía Ambiental aplicaron este lunes un «cese preventivo y precautorio» a dos frigoríficos de la ciudad: Penny Lane y General Pico. Fue por un indebido tratamiento de efluentes y falta de documentación.
Además, les exigieron a ambos implementar inmediatamente un manejo de los efluentes que garantice las condiciones ambientales correctas.
Este miércoles, en diálogo con Primero Noticias, el biólogo ambientalista y activista Raúl Montenegro hizo especial hincapié en la importancia de analizar la naturaleza de los efluentes y explicó que «por lo general, en la industria cárnica suelen producirse efluentes no solamente con contenido graso sino también con contenido de sangre».
Y continuó: «en los procesos de descomposición se consume el oxígeno muy rápidamente por tener esta demanda enorme de oxígeno; entonces, suele producirse una degradación anaerobia, en donde se producen gases que no solamente no son sanitariamente convenientes sino que también tienen olores nauseabundos».
Montenegro destacó que los residuos de los frigoríficos deberían tener un procedimiento y un tratamiento «que en este caso, obviamente no se le está dando».
El ambientalista resaltó que las sustancias que se encuentran en los residuos de los frigoríficos constituyen «sustancias incompatibles con la calidad de vida de la gente que vive en las proximidades», al mismo tiempo que sentenció: «tener adolescentes y niños expuestos a estas atmósferas nauseabundas es inaceptable».
Montenegro explicó que los olores nauseabundos del lugar llevan consigo una contaminación grave y por ende, no debería haber personas expuestas a los mismos: «cuando una persona siente olor, lo que está haciendo su organismo en realidad es también ingresando partículas», dijo el reconocido ambientalista y sostuvo: «termina siendo un verdadero foco séptico muy impredecible, donde directamente no debería haber personas expuestas».
Cabe destacar que, según establece el decreto 4238/68 del SENASA, no puede haber un matadero frigorífico a menos de 1 Km de zonas consideradas residenciales.
Montenegro señaló además, que en este caso, no solamente hay contaminación por aire, sino que también podría haber contaminación de aguas subterráneas.
«La situación es grave y demuestra la irresponsabilidad con la que han venido actuando los responsables», dijo Montenegro y apuntó a los empresarios que no asumieron tales responsabilidades, pero por otra parte a la Provincia por la falta de control.
«Me parece bien que se le ponga un freno cuando una empresa no hizo lo que debería hacer, pero también hay que ver el tipo de control que se ha venido haciendo en tiempos anteriores», consideró Montenegro, al mismo tiempo que añadió: «cuando una empresa se transforma en una contaminadora serial es porque ha habido una falta de control serial; bienvenidos esta especie de «parate», pero también delata que no ha habido suficiente control en tiempos anteriores».
