Las fachadas de las diversas casas de Río de Janeiro, se pintan de los colores de la selección brasileña: amarillo, verde y azul, con el objeto de animar al equipo con vistas al Mundial de Futbol que empieza el 12 de junio y concluye el 13 de julio.
Las pinturas coloridas en las fachadas, con mensajes de apoyo a la selección, hacen las veces de generosos adornos, que el público brasilero destina a sus jugadores. A esta altura, todos tratan de olvidar los fantasmas de Obdulio Varela y de Alcides Ghiggia.
Estos diseños son generalmente acompañados por cientos de banderitas verdes, amarillas, blancas y azules que crean un falso techo sobre las calles y generan un bonito juego de sombras.
Brasil buscará su sexto título mundial de futbol, tras los conquistados en 1958, 62, 70, 94 y 2002 y la afición brasileña está ocupada por mostrar el apoyo a su selección.