Brasil semifinalista con mucho miedo

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    Brasil 2 Colombia 1
    4 de julio. Fortaleza.
    16:00.
    La selección de Brasil derrotó a Colombia en el duelo de sudamericanos y sacó boleto a la semifinal del Mundial Brasil 2014. En Fortaleza, el equipo de Scolari superó a su rival y la presión del público para meterse entre los cuatro mejores del torneo, donde enfrentará a Alemania. El trascendental encuentro se jugó en el estadio Arena Castelao, con capacidad para 60.342 espectadores. Dos cosas para destacar, la primera: el gran susto y la cara de terror que tienen los integrantes de Scratch antes de salir a la cancha, la segunda: la manera mezquina y amarreta con la que cerraron el partido faltando más de 13 minutos para finalizar el match.
    En un partido cargado de infracciones, el arbitraje del español Carlos Velasco Carballo fue polémico y en algunas jugadas dio vergüenza. Tardó 63 minutos en sacar una amarilla: fue para Thiago Silva, que se pierde el próximo partido. Los locales alinearon a Maicon en lugar de Dani Alves, que no mostró seguridad en la banda derecha a lo largo del torneo. Fernandinho, ya afirmado en el equipo, compartió el mediocampo con Paulinho. Neymar, con sus típicas libertades, fue comodín en el ataque. En el comienzo del encuentro, Thiago Silva se escapó de la marca de Carlos Sánchez en un tiro de esquina y empujó el balón a la red en el segundo poste. Un gol muy rápido que sorprendió a Colombia y que lo obligó a reaccionar con inmediatez.

    James era la única variante efectiva de los avances de Colombia. Resolvía bien a pesar de la presión ejercida por el doble pivot brasileño, contagiaba a Ibarbo y a Cuadrado, pero sus intenciones se desvanecían en la imprecisión de sus compañeros. El colombiano David Ospina empezaba a ser la única razón por la que el marcador no era más abultado. El dominio de Brasil obligaba al arquero a esforzarse para evitar que su equipo reciba más goles. Los dirigidos por Scolari imponían un ritmo de vértigo al desarrollo, y a los «cafeteros» les costaba seguir ese paso. Era la mejor versión del anfitrión en la Copa del Mundo. Mostraba voracidad y orden en la presión colectiva y, al momento de atacar, era vertical y dinámico. En Colombia ingresó Carlos Bacca para intentar sumar más peso en el ataque, y el equipo empezó a empujar a un Brasil replegado. Cambiaba la forma del juego. La primera línea brasileña era puro rechazo. No intentaba salidas limpias, pateaba directamente al campo contrario. En uno de esos avances, el ingresado Bacca quedó frenta a Julio César y el guardameta le cometió falta. Era penal para alimentar la ilusión colombiana nuevamente. James Rodríguez se hizo cargo y consiguió su sexto gol en el Mundial. Se convertía en el goleador del certamen y le daba a su equipo un esperanza de llevar el juego al alargue para pelear por la clasificación a las semifinales. Neymar está lesionado y no estaría contra Alemania. De allí en más Brasil dando lástima bajó la persiana y aguantó con lo justo hasta el final. Ganó Brasil y aún el susto de su selección está deambulando por el estadio de Fortaleza.

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