El predio donde hasta el lunes funcionó la feria comercial Sin Fronteras, conocida popularmente como La Saladita, es un verdadero basural.
Tras desarmar los puestos de venta quedaron los desechos que el espacio comercial generó durante las casi dos semanas que operó comercialmente: bolsas, papeles, maderas y telas cubren la superficie del lugar.
Vecinos y personas que realizan tareas recreativas por el sector cuestionaron la falta de limpieza. Al respecto, Enrique, quién vive en el sector, dice que este panorama dejó una sensación horrible y como consecuencia, no quieren que la feria vuelva a instalarse.