Inicio Cultura Presentaron a Gualicho, el dinosaurio de la Patagonia

Presentaron a Gualicho, el dinosaurio de la Patagonia

604
0

Presentaron el dinosaurio de la Patagonia con manos extraordinarias que desvela a los científicos argentinos.

La de «Gualicho» es una historia de pérdidas y fatalidades con final feliz. Una historia esquiva que comenzó en el 2000, cuando un equipo de investigadores argentinos encontró sus huesos junto a troncos petrificados en un campo de Río Negro, justo frente a la localidad neuquina de Villa El Chocón. «Hallamos un húmero, garras y dientes de un dinosaurios carnívoro. También excrementos fosilizados, pero finalmente no pudimos retirarlos», relata el paleontólogo Sebastián Apesteguía.

En esa zona afloran rocas de unos 90 millones de años de antigüedad, conocidas como Formación Huincul, cuna del enorme Argentinosaurus (se estima que medía unos 33 metros) y el Gigantosaurus (el carnívoro más grande del mundo). Nos remontamos a principios del Cretácico Superior, una época en la que estos titanes sudamericanos reinaban junto a distintas especias herbívoras.

El siguiente episodio nos lleva a 2007, cuando una expedición conjunta con investigadores de institutos estadounidenses halló las piezas que faltaban. «Al principio vimos las patas y luego nos fuimos nos dimos cuenta que era un esqueleto bastante completo», comenta Apesteguía. Era un martes 13. Pocos días después, uno de los dos vehículos que tenían volcó y la campaña debió interrumpirse. Otra vez, los restos no pudieron ser colectados y se los cubrió con yeso para protegerlos.

Al año siguiente las nuevas autoridades provinciales no renovaron los permisos, los trabajos se suspendieron y el dinosaurio misteriosamente desapareció. Todo mal. Hasta que tiempo después se supo que había sido colectado por personal del Museo Patagónico de Ciencias Naturales. Dispuestos a estudiarlo, la tarea tampoco fue sencilla y se sucedieron distintos problemas, incluso algún conflicto con los «nuevos descubridores» de los restos, por lo que el tiempo transcurrió sin novedades. 

En esos momentos de enormes dificultades para poder recobrar el esqueleto hallado fue que «Gualicho»se ganó su nombre con todos los honores. Una forma también de congraciarse con watsiltsüm, antigua diosa venerada por las tribus tehuelches como dueña de los animales y del viento, que con el advenimiento del cristianismo ganó fama de entidad demoníaca asociada a la mala suerte y la maldición.

• Un ejemplar misterioso 

El espécimen hallado consiste en un esqueleto parcial de unos 6 metros de longitud que comprende vértebras de la espalda, parte de la cola, el omóplato y brazo completo izquierdo, partes de la pelvis, y fragmentos de ambas piernas. Estaba arqueado hacia arriba, con parte de sus costillas articuladas, «lo que confirma que se trata de un solo espécimen y permite denominarlo. De otra forma, cuando se hallan esqueletos desarticulados es imposible saber si cada pieza pertenece al mismo ejemplar o a varios», apunta el investigador.

Entonces fue otro paleontólogo argentino, Rubén Juárez Valieri, quien tuvo la lucidez de relacionarlo con un primo al otro lado del océano Atlántico. «Me di cuenta que compartía mucha semejanza con los huesos del africano Deltadromaeus», recuerda. La comparación era válida ya que la Formación Huincul comparte una buena cantidad de especies con el continente africano, que incluyen a los gigantes carnívoros carcarodontosáuridos (debido a un evento de separación continental o semejanzas por el hábitat).

Pero había un dato que desconcertaba a los especialistas: el brazo de «Gualicho» poseía dos dedos bien preservados, y los carnívoros no suelen tener dos dedos. Para colmo, el ejemplar hallado en África en el siglo pasado apareció sin sus miembros superiores, lo que hizo imposible saber si contaba con ellos o no.Al igual que «Gualicho», el Deltradromeus tampoco ha sido confiablemente asignado a alguno de los grupos conocidos, ya que posee características mixtas entre los dos mayores especies de carnívoros. ¿Era entonces pariente del tiranosaurio que dominó Norteamérica? Sonaba descabellado.

Estaba claramente relacionado a un linaje de gigantes, pero a la vez no. Entonces apareció vinculado a la especie del megaraptor. «Gualicho» comparte con ellos la forma de la mano, que por cuestiones evolutivas aún por descubrir, se redujo de modo notable y el tercer dedo se preserva apenas como una aguja.

«Lo más sorprendente es que siempre conocimos tres grandes grupos en ese período y no concuerda del todo con ninguno. Encontrar un linaje diferente como ‘Gualicho’, que a lo largo de un siglo pasó desapercibido, nos deja helados. Es un elefante debajo de la alfombra», resume Apesteguía.

Es posible que «Gualicho» sea parte de los neovenatóridos, un grupo emparentado con los carcarodontosáuridos, pero por ahora es un nuevo vecino del que nadie conoce bien sus gustos y hábitos. ¿De qué forma vivía? ¿Cómo cazaba? ¿Qué área llegó a dominar? Son al momento preguntas sin respuesta.

El hallazgo de Gualicho cobra relevancia internacional no por los huesos en sí, sino por el estudio realizado hasta el momento y el que tendrá lugar durante los próximos años, dedicados a interpretar qué significaba este dinosaurio en el contexto de su tiempo.

Y es a la vez una muestra más de los tesoros que esconde la Patagonia, una especie de paraíso de fósiles. Como describió el titular del CONICET, Alejandro Ceccatto, «los especialistas dicen que en una selección de las mejores 10 especies descubiertas, cuatro dinosaurios serían argentinos. Yo soy físico y, haciendo el paralelismo, sería como tener en nuestro país ´la máquina de Dios'».

Fuentes: ambito.com y Télam

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí