Los trabajadores del Parque Ecológico Urbano amanecieron nuevamente con un sabor amargo, producto de la angustia y la impotencia que produce saber que una vez, la sexta en un año, violentaron el predio donde trabajan, allí donde depositan su esfuerzo y sueños diarios en pos de los riocuartenses, para que puedan disfrutar junto a sus hijos, familiares y amigos de la cercanía con una multiplicidad de especies animales y de espacios verdes, a cielo abierto.
En esta oportunidad, autores ignorados cortaron un alambre perimetral permitiendo el ingreso de perros en el establecimiento. Afortunadamente, ningún animal resultó afectado.
Los cuidadores redoblan y repiten hasta el cansancio la necesidad de que se hagan esfuerzos para cuidar un patrimonio común, de todos.
Desde la Municipalidad, en tanto, se comprometieron a ejecutar acciones para proveer la seguridad necesaria tanto para los ejemplares que allí residen como para los propios empleados. Sin embargo, no brindaron una respuesta oficial sobre este nuevo ataque vandálico.
