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Caso Sabena: Acusan a suboficial de encubrimiento

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El juez de Control confirmó que la suboficial Nancy Salinas tiene que ir a juicio por encubrimiento agravado. Está acusada de una inexplicable omisión y de comunicarse con los sospechosos en horas de madrugada

El 14 de septiembre de 2008 Nicolás Sabena dio las últimas señales de vida. Ese dato, que alguna vez fue puesto en tela de juicio por los acusados de haberlo hecho desaparecer, ya no se discute. Ese día se oyó por última vez su voz. Nunca nadie volvió a verlo o a hablar con él. Lo que todavía hoy, a casi diez años del doloroso episodio, está en entredicho es la actuación de algunos policías sospechados de haber protegido y favorecido a quienes debían investigar.

Uno de esos uniformados es la suboficial de la Policía de la Provincia de Córdoba, Nancy Salinas, quien deberá sentarse en el banquillo, en un juicio oral y público. Así lo acaba de disponer el juez de Control subrogante José Varela Geuna.

En la decisión el magistrado confirmó la elevación a juicio que formulara el fiscal de Instrucción de Tercer Turno, Fernando Moine, quien acusó a Salinas del delito de encubrimiento.

La imputación está agravada por la condición de Salinas de ser una funcionaria pública, pero además por el gravísimo hecho anterior a su conducta, es decir, la desaparición y probable  muerte de Nicolás.

Salinas está sospechada de una grave omisión que acaso impidió un rápido esclarecimiento del caso.

Es que, a las pocas horas de perderse todo contacto con Nicolás Sabena, en la madrugada del 15 de septiembre de 2008 el mayor de los Vargas Parra, José Francisco -alias “Pepe”- fue detenido y llevado a la comisaría de Distrito Segundo de Banda Norte.

Fue durante un rastrillaje que estaba haciendo la Policía por un episodio delictivo en la Avenida Argentina ajeno a la búsqueda de Nicolás. Pero lo que llamó poderosamente la atención de los uniformados fue que “Pepe” Vargas estaba ocultándose de la Policía y cuando fue descubierto, entró en un estado tal de pánico que se defecó con la ropa puesta.

Esa situación fue relatada por los policías Hernán Alberto Cazzola y Mario Gabriel Villegas. Incluso, cuando se les hizo el juicio a los Vargas Parra, lo repitieron frente a los acusados y a los padres de Nicolás.

En ese momento, Milo y Rosa Sabena no podían ocultar la indignación.

“Si lo hubieran hecho saber a la Justicia y lo hubieran investigado en ese momento, nos habrían evitado años de peregrinaje”, dijo Rosa Sabena en las agitadas jornadas del juicio.

¿Qué tiene que ver la suboficial Nancy Salinas con todo esto? Salinas y el comisario Fernando Pereyra fueron esa misma madrugada a la comisaría de Banda Norte para interiorizarse de las circunstancias de la detención de “Pepe” Vargas, pues se trataba de una persona conocida en el mundo del hampa.

Pero el llamativo suceso quedó silenciado por años, aún cuando en diciembre de 2008 ya estaba claramente instalada la responsabilidad de los Vargas Parra en la desaparición del joven.

Para Moine, Nancy Salinas, “con un presunto propósito de favorecimiento y colaboración hacia la situación procesal de “Pepe” Vargas, su esposa y sus hijos, no habría informado a la autoridad judicial acerca del procedimiento de aprehensión”.

No es el único comportamiento que generó recelo en la Fiscalía de Instrucción. A Salinas también se le atribuye  una comunicación telefónica con José Francisco Vargas Parra, en la madrugada del 9 de diciembre de 2008, horas antes de un allanamiento a los Vargas Parra.

Esa llamada se efectuó a la 1.43, se produjo entre el teléfono corporativo 3584329287 y la línea 3584360720 de Vargas padre. Tuvo una duración de 16 segundos y alcanzó a ser captada por la antena cuyo código es C0474A.

Según el fiscal, en la oportunidad Salinas también habría tenido el propósito de favorecer a Vargas Parra o al núcleo familiar de los quinteros, “informándole acerca de las constancias y el rumbo de la tarea investigativa”.

Moine no pasó por alto que la comunicación se concretó un día antes del allanamiento que la Justicia dispuso el 10 de diciembre de 2008 en la quinta de Guardias Nacionales al 2700 donde Nicolás Sabena habría pasado sus últimas horas.

A la defensa le rechazan el cambio de calificación

La policía Salinas está siendo defendida por Rolby Valdivieso. El abogado había apelado la elevación a juicio que dispuso Moine con el argumento de que debía cambiarse la calificación legal de encubrimiento agravado a encubrimiento, pues a criterio del letrado, Salinas no hizo valer su condición de policía para entorpecer la investigación. Acto seguido pidió el sobreseimiento de la imputada porque si el hecho fuera un simple encubrimiento ya estaría prescripto.

Pero el juez de Control no avaló sus argumentos. Ratificó la calificación legal y la elevación a juicio. Ahora, a la suboficial le queda la chance de apelar ante la Cámara y para eso dispone de seis días.

La confirmación de la elevación a juicio que reveló PUNTAL se conoce cuando aún no se acallaron los ecos del informe in voce de Rosa Sabena que busca revocar el sobreseimiento del actual jefe de investigaciones Gustavo Oyarzábal, a quien la madre de Nicolás acusó de favorecer con sus actitudes y con su proceder a los principales sospechosos.

En los próximos días, los jueces Andruet, González Castellanos y Bianchi tendrán que expedirse sobre la situación de Oyarzábal.

Hay además una tercera causa contra los policías que actuaron en la pesquisa. Se trata de la denuncia que Sabena hiciera contra el comisario Fernando Pereyra, a quien también le atribuyó un fluido contacto con los Vargas Parra. Sólo que en este caso, no hay ninguna novedad sobre algún avance de parte de la Justicia.

 

FUENTE: Diario Puntal

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