Se comprometen a la desnuclearización de la península, pero no dicen cómo ni cuándo.
La comunidad internacional respaldó ayer la promesa de desnuclearización de Corea del Norte que firmaron en Singapur el líder comunista Kim Jong-un y el presidente estadounidense Donald Trump, aunque persiste la cautela por la ausencia de medidas concretas.
Sin embargo, dentro de Estados Unidos no todo fue una celebración. La ambigüedad del compromiso asumido y la no mención de la situación de los derechos humanos en Corea del Norte desataron una ola de críticas entre demócratas y republicanos.
En medio de las reacciones y las expresiones de apoyo diplomáticas de rutina, la cumbre Kim-Trump ya provocó dos posibles cambios internacionales: la sugerencia de China de retirar las sanciones contra Pyongyang y la reapertura de la embajada de Malasia en el país comunista.
«Las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que se han aprobado dicen que si Corea del Norte las respeta y actúa de acuerdo con las resoluciones, entonces las sanciones pueden ajustarse, incluyendo la suspensión o eliminación de las sanciones relevantes», explicó el vocero de la Cancillería china, Geng Shuang.
Beijing, principal aliado comercial y diplomático de Corea del Norte, coqueteó con la posibilidad de comenzar a levantar las sanciones contra Pyongyang, pero no hizo un acuerdo concreto.
La Cancillería china se limitó a expresar su «alegría» por el resultado de la cumbre y abogó porque el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas «apoye y acompañe los esfuerzos de las actuales conversaciones», informó la agencia de noticias DPA.
Malasia, por su parte, sí hizo un anuncio concreto. El primer ministro, Mahathir Mohamad, manifestó su intención de reabrir la embajada malasia en Pyongyang, una sede diplomática que no tiene personal desde abril del año pasado a raíz de la crisis que provocó la muerte del hermanastro del líder norcoreano, Kim Jong-nam, en el aeropuerto de Kuala Lumpur.
«Sí, reabriremos la embajada», dijo el mandatario durante un foro empresarial en Japón y aseguró que su país no debe ser «escéptico» sobre la sinceridad de Pyongyang en sus negociaciones con Washington.
El entusiasmo del gobierno malasio no fue compartido, sin embargo, por una parte de la dirigencia política de Estados Unidos.
«Tenemos que tener claro que estamos tratando con un régimen brutal, con una larga historia de engaños», tuitéo el vocero de la Cámara de Representantes, el conservador Paul Ryan, un aliado vital de Trump, que evitó criticar directamente al presidente. Ryan defendió mantener «la máxima presión económica» contra Corea del Norte hasta que este país demuestre su seriedad y compromiso con las negociaciones que deben comenzar ahora.
El senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, recordó que Pyongyang prometió dos veces a Estados Unidos abandonar las armas nucleares y dos veces no lo hizo. Además, agregó, «mata a su propia gente en masa». Kim «es muy mal tipo (…) estoy dispuesto a negociar con él con la condición de que acabe esta locura”, señaló.
La oposición demócrata también manifestó sus dudas ante la cumbre, pero extendió sus críticas al presidente Trump. «Lo que ganó Estados Unidos es vago e inverificable, mientras que lo que ganó Corea del Norte es tangible y duradero», escribió el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, quien calificó de “muy preocupante” la falta de precisiones en el texto.
FUENTE: Diario Puntal
