Inicio LO NUESTRO “El movimiento de mujeres llegó para quedarse”

“El movimiento de mujeres llegó para quedarse”

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La periodista Mariana Carbajal, referente en la temática de género, llega el viernes a la ciudad con dos actividades para analizar el rol de los medios en el abordaje de problemáticas de mujeres y LGBTQ+.

Autocatalogada como feminista y defensora de los derechos de las mujeres y de las personas LGBTQ+, la periodista Mariana Carbajal, autora de “Maltratadas. Violencia de Género en las relaciones de pareja”, llegará a la ciudad el viernes para brindar una charla sobre discursos hegemónicos sobre mujeres en los medios y un taller sobre periodismo con perspectiva de género, que será el sábado.

Carbajal es reconocida por sus artículos en Página 12, que abordan las violencias de género que suceden en distintas ciudades del país, y además, por el seguimiento de este tema durante varias décadas.

-Sos una de las referentes de la cobertura con perspectiva de género… ¿Cuándo empezaste?

-Hace más de 20 años. El primer caso de aborto no punible que cubrí fue una el de una niña violada en 1998. Pero vengo escribiendo sobre la problemática de violencia contra las mujeres, hace tiempo. Antes de hablar sobre aborto, hablaba sobre el acceso a la ligadura de trompas, que estaba prohibido. Junto a una abogada feminista, impulsora del derecho al aborto, Dora Coledesky, íbamos acompañando y denunciando los distintos reclamos de las mujeres.

-¿Pensaste que ibas a ser parte de un movimiento nacional como el Ni Una Menos?

-No. Es muy emocionante el tiempo histórico que vivimos. Tratamos de generar conciencia sobre las mujeres y la discriminación en la sociedad, que es la otra cara de la violencia machista. Pensar que se gestó el movimiento Ni Una Menos alimentado por jóvenes y adolescentes, que debaten en escuelas secundarias, que en las comisiones internas de sindicatos hay comisiones de género, en los barrios, ver el 13 de  junio a la gente esperando en la calle la resolución del debate del aborto, esa marea verde que unía generaciones, las más jóvenes con las más veteranas, es tan emocionante y me alegró tanto ser parte y ver el crecimiento del feminismo.

-¿Cómo explicás la incidencia del movimiento Ni una Menos?

-Yo creo que se dieron muchos factores: una seguidilla de femicidios con mucha repercusión en los medios, hasta que llega el caso de Chiara Páez, una adolescente de 13 enterrada en el patio de la casa del novio, que es la gota que rebalsa el vaso. Alimentado por el trabajo articulado de tantos años en la toma de conciencia, los encuentros nacionales de mujeres donde se fueron formando las jóvenes, la creciente presencia y escritura del periodismo feminista, de alguna forma, frente al horror del creciente número de femicidios se derivó en la manifestación callejera masiva del 3 de junio de 2015.

-¿Creés que el feminismo genera rechazo?

-Yo no sé si genera rechazo. La ola verde va creciendo. Cada vez hay menos resistencia, hasta hace unos años se confundía qué significaba ser feminista. Creo que quien apoya los derechos de las mujeres para que seamos ciudadanas en igualdad de condiciones, cualquiera que apoye esta causa, debería sentirse parte del feminismo.

-¿Cómo se construye una sociedad más igualitaria?

-Con políticas públicas, presupuesto, una agenda parlamentaria que ponga en eje la desigualdad para revertirla. En un contexto de ajuste, las mujeres somos las más perjudicadas porque la desocupación nos pega más fuerte, ganamos menos, tenemos trabajos más precarizados, las tareas de cuidado, acompañamiento y domésticas caen sobre nosotras, no están remuneradas y nos afectan a la hora de mantener un empleo.

-¿Por qué se tilda a la Justicia de machista?

-Todavía vemos en ciertos fallos que la perspectiva de género no entra. Quedó demostrado en el fallo de La Manada en España, por citar un caso a nivel mundial, que benefició a varones que habían violado a una joven, pero también lo vemos acá: hay fallos en los cuales la palabra de la mujer no se incorpora, hay un mito de que la mujer es mentirosa, que inventa, hay jueces que rechazan las investigaciones de casos de abuso sexual, manteniendo y siendo cómplices de esos casos, o cuando las mujeres denuncian por violencia no dictan las medidas necesarias para protegerlas.

El método

“Trato de contar los temas que me interesan. Recibo denuncias, mucha gente que me escribe para contar sus historias. Una no da abasto para dar cuenta de esa demanda. En la medida de mis posibilidades trato de darles voz a esas mujeres, trato de contar los temas que no se cuentan y que puedan entrar en agenda”, cuenta Carbajal respecto a su método de trabajo.

– ¿Cuáles son las injusticias de ser mujer?

-Tantísimas. Discriminación laboral, acceso a la salud…; cuando vemos que no se garantiza en Salta un aborto legal a una niña violada se la fuerza con un embarazo que no puede continuar, violencia de género donde las mujeres no consiguen la protección adecuada y libre de violencia, femicidios que quedan impunes, a veces mujeres que se defienden en legítima defensa y son castigadas.

-¿Qué papel tienen que jugar los medios de comunicación?

-Los medios cumplen un rol fundamental de tratar la temática desde una perspectiva de derechos humanos, que es el eje del taller que voy a realizar el sábado. También en brindar la información con fundamento. En el debate por la despenalización del aborto vemos que se reproducen muchas mentiras y como periodistas tenemos que tener una mirada crítica, para correr el velo de mentiras.

-¿Usás lenguaje inclusivo? ¿Creés que es necesario?

-En la medida en que puedo sí lo uso. Hay limitaciones de estilo de acuerdo al medio, pero trato de usarlo. Creo que hay una cuestión de voluntad y que todas las fórmulas aplicadas a disminuir la desigualdad valen. El lenguaje es fundamental porque cuando uno nombra da existencia. Lo importante es expresar con nuestras acciones las decisiones de promover una sociedad más igualitaria.

Aborto legal

-¿Qué creés que va a ocurrir con el proyecto de ley de IVE?

-La discusión del aborto legal está instalada. Creo que el proyecto se va aprobar, y que se batallará por la aplicación efectiva. Luego va a seguir el reclamo contra la brecha salarial entre hombres y mujeres, la separación de la Iglesia y el Estado van a ser nuevos temas de agenda. El movimiento de mujeres no es una moda de verano. Llegó para quedarse.

-¿Por qué genera rechazo que las mujeres puedan elegir realizarse un aborto?

-Es lo que me pregunto yo también. Tiene que ver con no permitir que las mujeres podamos decidir sobre nuestro cuerpo. Sin autonomía somos ciudadanas de segunda. Los sectores antiderechos, en los cuales la jerarquía católica juega un papel muy fuerte, hace una oposición muy virulenta que se expresa con agresiones mentiras a quienes defienden la legalización del aborto. Los mismos sectores que se oponen a la legalización y despenalización del aborto, han litigado contra todas las políticas de derechos sexuales y reproductivos, desde el Programa Nacional de Salud Reproductiva que empezó a repartir anticonceptivos 2013, el uso de pastillas, de DIU, y en Córdoba tienen al Portal de Belén, que en 2012 interpuso un recurso para frenar el protocolo de aborto no punible.

El paradigma que defienden es que la maternidad sea una imposición, una obligación y no una elección. Lo vemos en los casos más dramáticos, niñas que resultan embarazadas en causas de violación, donde las obligan a continuar con esos embarazos, y eso el Comité de derechos del niño ONU y la CIDH lo consideran tortura. Lo que deja a la vista es que están en contra de los derechos de las mujeres en toda su amplitud. Si hoy se discutiera voto femenino, votarían en contra.

-¿Por qué pega tanto la frase ‘lo personal es político’?

-Porque en realidad lo que nos pasa, nos pasa por ser mujeres, y no por nuestra personalidad, ni por tener culpa de algo, sino por ser mujer.

FUENTE: Diario Puntal

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