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La crisis no frena las apuestas

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En el primer semestre del año, las slots instaladas en Río Cuarto recaudaron más de 20 millones de pesos. Representa una suba del 11 por ciento comparado con igual período de 2017. Ante la dificultad para llegar a fin de mes, los apostadores buscan un salvavidas a la caída del poder adquisitivo.

La crisis económica no frena las apuestas de los riocuartenses en las tragamonedas. En promedio, las máquinas ubicadas en el local frente al río se tragaron 680 mil pesos diarios al finalizar el sexto mes del año.

Las apuestas en el primer semestre  totalizaron 116.816.644 pesos, según las cifras declaradas por la Concesionaria de Entretenimiento y Turismo (CET) en la Dirección de Ingresos Públicos de la Municipalidad, para el pago del canon correspondiente.

Entusiasmados con salvarse, cada vez más riocuartenses se llegan hasta el lujoso edificio próximo al puente Carretero para apostar unas fichas con la ilusión de mejorar su situación económica, agobiados por la pérdida del poder adquisitivo, en un contexto de alta inflación.

La retracción de la actividad económico impacta en la mayoría de los rubros y se ubica en un 2,48 por ciento, según el relevamiento realizado en junio por el Centro Empresario, Comercial, Industrial y de Servicios (Cecis) y las expectativas para el resto del año no son alentadoras.

Este panorama sombrío no alcanza a las slots, que en los primeros seis meses del año mejoraron 10,84 por ciento con respecto a igual período del año pasado, apenas unos puntos por debajo del incremento del índice de precios al consumidor que elabora el Indec.

Según el informe, en junio se declararon ingresos por 20.389.358,92 pesos; es decir, 1.068.923 pesos más que en el sexto mes del año pasado, lo que equivale a una suba del 5,53 por ciento.

Para algunos es un entretenimiento, aunque para otros es una alternativa para buscar una salida a la difícil situación económica que están atravesando.

En diciembre de 2003, cuando la empresa CET se instaló frente a Plaza Roca, con toda la novedad que ello implicaba, las apuestas apenas superaron los 23 mil pesos.

Desde ese momento, las jugadas en las máquinas multicolores no han parado de crecer, aun en tiempos de mayor estrechez económica generalizada.

El negocio redondo para un grupo económico que tiene el poder de la concesión perjudica a los bolsillos de una clase media o media baja cada vez más agobiada por la situación de constantes aumentos de las tarifas de servicios públicos y de los productos de la canasta de alimentos.

En casi 15 años de funcionamiento, las tragamonedas en la ciudad lograron ingresos por más de 1.100 millones de pesos y la Municipalidad recibió solamente tres millones de pesos en concepto del magro canon acordado en su momento entre el gobierno local y provincial.

La presentación del Municipio de limitar el horario de funcionamiento de las slots se encuentra desde hace varios años en la Corte Suprema de Justicia, tras el fallo adverso del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba. La medida había sido impulsada por el exintendente Juan Jure durante su primer mandato.

En la actualidad, la sala permanece abierta 20 horas al día, de 11 hasta las 7.

Amas de casas, empleadas domésticas, jubilados y personas que viven de changas y cuentan con planes sociales son los clientes que se toman unos minutos al día para llegarse al local y hacer sus apuestas en las máquinitas de todos colores y sonidos estridentes.

Un reciente estudio determinó que seis de cada diez apostadores en la sala local de CET son mujeres.

En su página web, la empresa informa que posee 17 locales en la provincia y en el caso de Río Cuarto ofrece 292 puestos de apuestas, discriminados en 48 ruletas electrónicas y 244 slots.

Río Cuarto es la segunda ciudad de la provincia donde más de juega, detrás de Villa Carlos Paz.

La rueda de la economía local dejó de recibir más de 115 millones de pesos en el primer semestre, que aliviarían en gran parte la retracción que sufren los comercios y empresas de servicio; al igual de los daños sociales que causa.

El juego provocó graves problemas familiares, ya que hay varios apostadores que perdieron gran parte de sus ingresos.

La crisis económica no hace mella en las tragamonedas, pero se ratifica el pensamiento que más se juega cuando hay más pobreza.

FUENTE: Diario Puntal

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