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Incendios en Alpa Corral: el fuego del sábado redujo su casa a cenizas

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Martín Rodríguez Domine eligió la Unión de los Ríos y un rincón del monte como hogar para su familia. Hace 12 años y con mucho esfuerzo construyó la vivienda. En pocas horas las llamas la consumieron por completo.

Martín (Tincho) Rodríguez Domine encontró hace 12 años su lugar en el mundo. En pleno monte, en la zona de la Unión de los Ríos, de Alpa Corral. Junto a su familia y amigos construyó su casa, con mucho esfuerzo y dedicación. Pero el sábado, en menos de 2 horas, el incendio que se había iniciado en los pinares rodeó su casa y la redujo a cenizas

Este vecino siente el dolor de ver todo lo material perdido. Pero más le duele ver que por los incendios se están perdiendo los pulmones del mundo.

Martín, quien es guarda ambiental y un activo partícipe de acciones en pro del cuidado de la naturaleza, relató a Puntal lo vivido el sábado. “Fue un infierno lo que vivimos, tremendo”, dice.

Junto a su mujer y su bebé de dos años y medio, ahora se refugia en la casa de unos amigos, a la espera de poder volver a su lote y comenzar la reconstrucción.

“Hace 12 años que me vine a vivir a la Unión, fue en 2008. Y en el 2010 compré dos terrenitos donde empecé a hacer mi casa. De construcción natural, de barro, que hicimos con la solidaridad de amigos, de manera comunitaria”.

La casa se encuentra en pleno monte, y a pocos metros de una escuelita rural. “Soy el que más metido en el monte estoy. Por eso cuando bajó el fuego por ahí la primera casa que agarró fue la mía”.

“Tincho, el fuego está en tu casa”

En su relato no deja detalle sin contar sobre lo vivido. “Estábamos en casa terminando de almorzar. Eran poco más de las dos de la tarde del sábado. Yo estoy en un grupo de asistencia a bomberos, y avisan que se había reiniciado el fuego en los pinares. Salgo a la calle y fui para ese lugar. Habré hecho unos 50 metros cuando un vecino me llama y me dice ‘Tincho, el fuego está detrás de tu casa’. Me doy vueltas y veo las llamas. Le grito a Fiorella (su mujer) que evacuábamos. Llegué, saqué el auto, lo di vuelta y cargué dos valijitas. Adentro estaban Ramma (hijo) y Fiore”.

El fuego ya había ganado el techo de pajas y madera, y comenzaba a avanzar rápidamente. Unos 20 vecinos se reunieron para ayudar, junto a una camioneta de bomberos. “No pudimos hacer nada. El fuego saltaba por todos lados y nos empezó a rodear. Fue un infierno. En un momento éramos 80 vecinos y no pudimos apagarlo. Quemó todo lo que quiso. Después vino el viento sur y saltó hacia el otro lado, y quemó lo poco que se había salvado del anterior incendio”, se lamenta Tincho.

Según explicó, el fuego desatado el sábado, sería el reinicio del ocurrido el jueves de la semana pasada en la zona de los pinares, y que había sido controlado.

En la búsqueda de explicaciones sobre el incendio del último jueves, que se reinició después de 8 días, surgen algunas dudas. Lo cierto es que las llamas se reavivaron y su vivienda quedó consumida.

“Era una casa chiquita, modesta, pero muy bonita, muy artística”.

Sólo se salvó la casa de las “visitas”, como bautizó Martín a una construcción que está realizando justamente para albergar a amigos y familiares.

Hoy, refugiado en una vivienda que le prestaron amigos de Buenos Aires, espera volver a su lugar. “El objetivo es terminar la casa de visitas, que creo que en unos meses estará lista, y mudarnos ah para luego volver a reconstruir”, dice Martín, quien no está dispuesto a bajar los brazos.

Reflexión sobre los incendios

Aún tratando de entender la magnitud de la tragedia que a modo personal le tocó vivir, Martín reflexionó además sobre la recurrencia de los incendios. No sòlo en Alpa Corral sino en todo Córdoba, otras provincias y el mundo.

“Se están perdiendo las últimas reservas de biodiversidad de monte, de naturaleza del planeta Tierra. Se está quemando el Chaco, el Espinal, la Amazonia, Canadá, Australia, África. Estamos perdiendo los últimos medios naturales”.

Y, contundente, sostuvo que “no es casualidad. No sé quién da la orden, quién cobra la plata, pero no podemos ser tan ingenuos a esta altura de creer que esto es casualidad”. Para Martín, aunque hay una situación de la naturaleza provocada por el calentamiento global, hay acciones y políticas que llevan a esta destrucción.

Finalizando el diálogo con Puntal, Martín dice que su mayor anhelo es que su hijo pueda vivir en un mundo saludable. Pero asume que esto cada vez es más difícil de creer. “Ya no podemos ser romáticos ni idealistas”.

No obstante, se promete seguir adelante: “Mi lucha es que la generación de mi hijo pueda morirse de viejo en el planeta Tierra”.

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