El médico forense Ricardo Cacciaguerra brindó detalles de cómo fue encontrado el cuerpo y posibles hipótesis a partir de las pruebas recabadas
Médicos forenses que llevaron a cabo estudios científicos en la causa en la que se investiga el crimen de Nora Dalmasso, asesinada en noviembre de 2006, declaran hoy en el juicio que se le sigue adelante al viudo Marcelo Macarrón por el femicidio.
La octava semana de juicio que se inició el 14 de marzo se abrió con el testimonio del médico forense Ricardo Cacciaguerra, quien detalló los signos corporales encontrados en el cuerpo de la víctima.
Luego de comparecer hasta poco después del mediodía en la audiencia, el facultativo se retiró del recinto y dialogó con la prensa, dando testimonio de sus actuaciones en la escena del crimen en noviembre de 2006.
En ese marco, consideró que “Nora (Dalmasso) no esperaba a nadie”, al tiempo que señaló que la mujer pudo haber sido violada en estado de inconsciencia tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza. Al respecto, consideró que debió haberse practicado un estudio en el cerebro para determinar si la violencia del golpe padecido pudo haberla dejado en estado de inconsciencia.
Dijo que a su entender, ha sido una sola persona quien atacó a Nora en su casa de Villa Golf y que por la manera en que se encontraban efectuados los nudos de la bata ha sido una persona diestra.
Para Cacciaguerra, el acto sexual no fue consentido y justificó ello porque en la escena del crimen se encontraban en el suelo los anteojos de Nora y un libro que aparentemente había leído antes de dormirse, como así también en el baño se encontraron algodones y elementos de higiene que daban cuenta que la mujer se había quitado el maquillaje antes de irse a descansar.
“Si alguien espera a su pareja o a algún eventual amante, no se quitaría el maquillaje”, consideró el médico forense.
Consultado sobre posibles hipótesis que pudieran haber promovido la muerte de la mujer en su casa de Villa Golf, el facultativo dijo que “un depredador sexual mata a su víctima porque lo conoce”, dando cuenta así de la posibilidad que el agresor haya tenido algún conocimiento previo de su víctima
