De cualquier modo, es el índice de menor contracción en la región, a excepción de Uruguay que disminuirá un 0,5%.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas estimó para Argentina una caída de 1,5% en su producto bruto interno en 2016, mientras que Sudamérica se contraerá 2,1% y América Central tendrá una expansión de 3,8%.
El informe del organismo de la ONU proyectó sus estimaciones de producto bruto para 2016 al presentar sus resultados en la sede de la CEPAL en Santiago de Chile, donde se relevó que los países de Centroamérica se destacarán sobre el resto, en especial Dominicana y Panamá, con mejoras de 6 y 6,9%, respectivamente.
Lo mejor del año a nivel regional pasará también por Bolivia (+4,5%), Nicaragua (+4,4%), Perú (+3,9%) Paraguay (+2,8%), Colombia (+2,7%), México (+2,3%), Chile (+1,6%) y Uruguay (+0,5%).
No obstante, el equilibrio de esas administraciones se ve afectado en el promedio regional (-0,8%) por el mal desempeño de Brasil (-3,5%), Venezuela (-8%), Ecuador (-2,5%) y Argentina (-1,5%).
Sumado a estos países, en la región sólo caerán este año en su producto bruto Surinam y Trinidad y Tobago, pero las pérdidas se concentran en los bloques de América Latina (-0,8%) y, sobre todo, América del Sur (-2,1%).
El dato de Argentina coincide con las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), entidad que calculó para el país 1,5% de caída del producto bruto en 2016.
Asimismo, el estudio contempló que la región enfrenta un contexto externo de bajo crecimiento y crecientes incertidumbres y subrayó que hubiera grandes diferencias subregionales: América del Sur se achicará 2,1% y el Caribe angloparlante 0,3% pero Centroamérica crecerá con impulso 3,8%.
También se registró que la dinámica de la inflación y el empleo muestra diferencias entre las economías del norte y sur de la región.
Por otra parte, la CEPAL exhortó en sus recomendaciones que retomar la senda de crecimiento requiere revertir la caída observada en la inversión pública y privada y que el crecimiento de la productividad también es un desafío clave para avanzar hacia un crecimiento dinámico y estable.
La trayectoria económica de la región sigue marcada por incertidumbre y riesgo en la economía global, ya que persiste el estancamiento de la demanda externa, que refleja la persistencia de bajas tasas de crecimiento del PBI y del comercio, indicó el informe.
Además, la CEPAL señaló como un peligro la volatilidad de los mercados financieros y cambiarios, la continuidad de los bajos precios de las materias primas y la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.
A su vez, se observa un contexto regional heterogéneo en el que cae la demanda interna, es decir, inversión y consumo; crecen las restricciones fiscales; hay fuertes depreciaciones cambiarias y aumenta la tasa de desempleo y la desaceleración del crédito doméstico.
Otras conclusiones del estudio mencionan que el crecimiento global se mantiene lento y la demanda global estancada, el comercio mundial mantiene un bajo crecimiento, las mayores caídas se dan en los precios de productos energéticos y metales y que los términos de intercambio siguen cayendo en los países exportadores de commodities.
«El aumento sin precedentes de la desigualdad, los profundos cambios geopolíticos, el clima y el papel ambivalente de la revolución tecnológica -que anticipa una transformación en el mundo del trabajo) demuestran que el estilo de desarrollo existente se ha vuelto insostenible», indicó la secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena.
En ese sentido, la funcionaria recalcó que «la comunidad internacional se ha planteado una hoja de ruta hacia 2030 con la agenda para el desarrollo sostenible, que explicita la amplitud y la urgencia de estos desafios globales».
«La CEPAL propone un marco analítico que complementa la agenda 2030 desde el punto de vista de los países de América Latina y el Caribe; el concepto ordenador de la propuesta es el cambio estructrual progresivo», explicó.
La metodología consta de «un proceso de transformación hacia actividades y procesos productivos que sean intensivos en aprendizaje e innovacion, asociados a mercados en rápida expansión, que permitan aumentar la produccion y el empleo».
«El mundo requiere un nuevo sistema financiero internacional, implementar el acuerdo de Paris de 2015 y lograr la seguridad climática, perfeccionar las reglas de comercio y de propiedad intelectual y hacer posible la participación plena en la revolución de los datos y la gobernanza de internet», manifestó la responsable del organismo.
Respecto del ámbito regional, «es esencial fortalecer la red de seguridad financiera, coordinar políticas fiscales y de atracción de inversión extranjera directa productiva y establecer un mecanismo que facilite la transferencia de tecnología».
Fuente: Télam
