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Ambientalistas levantaron el acampe contra Monsanto en Córdoba  

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Las organizaciones ambientales resolvieron levantar el acampe que, desde 2013, habían instalado en el ingreso al predio de Monsanto, en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas, luego de que la compañía resolviera abandonar el proyecto de montar allí una planta de semilla de maíz, confirmó uno de los referentes de la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida.

Sofia Gatica, una de las activistas ambientales quien junto a las Madres de Ituzaingó, emprendió una lucha para que el país tomara conciencia de las graves consecuencias de las fumigaciones, dijo que haber logrado que Monsanto se retirara “fue gracias a la lucha de los pueblos” y destacó “el gran acompañamiento de las organizaciones y de la sociedad”, por eso tras haber logrado el objetivo de evitar que la empresa se instalara y contaminara a la población, decidieron levantar el acampe.

Contó que la lucha comenzó a mediados del 2012 y el acampe en setiembre de 2013, y que en ese transcurso se lograron fallos judiciales a favor, el rechazo al estudio del impacto ambiental y la imputación de 15 funcionarios públicos involucrados en las autorizaciones para la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas.

En 2012 Monsanto había anunciado inversiones superiores a los 1.600 millones de pesos para la construcción de la planta de semillas, y a principios de agosto había anticipó el levantamiento del polémico emprendimiento, debido a los obstáculos de los ambientalistas que a la vez ejercieron fuerte presión ante el Gobierno provincial para evitar la autorización.

En diálogo con Primero Noticias, la activista dijo que la lucha continúa en los distintos lugares de nuestro país en donde la empresa está radicada.

También se mostró preocupada porque desde su punto de vista los ingenieros agrónomos no toman conciencia de lo que generan las fumigaciones. En este sentido señaló que “no existen buenas prácticas cuando se fumiga a 500 metros de los pueblos”, y agregó: “los ingenieros agrónomos no se preocupan ni tienen en cuenta si hay agua, niños, etc., para fumigar”.

Por último manifestó que la experiencia de barrio Ituzaingó es una muestra de los daños que genera la fumigación. “Tenemos un 33 por ciento de la población con tumores, con cáncer y el 80 por ciento de los niños afectados por los agroquímicos”, concluyó Sofía Gatica.

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