Miles de feligreses de diferentes parroquias y barrios de la ciudad recorrieron las calles de la ciudad junto a la Virgen, patrona de Río Cuarto. Luego de la tradicional procesión, se realizó el festival «Pueblo de Dios». El obispo pidió ser solidarios y no olvidarse de los pobres.
En una tarde de mucho calor, los fieles se volcaron masivamente a las calles para esperar su paso y acompañarla en su recorrido entre la Iglesia Catedral y la plaza San Martín.
Alrededor de las 19 horas, comenzó la procesión que llegó hasta la plaza San Martín, donde se realizó la tradicional misa y el Obispo realizó la homilía en el marco de la celebración del día de la Virgen de la Inmaculada Concepción de María.
«El camino de Dios es el de la paz y el amor»
El obispo de la Diócesis de Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona, pidió por la paz, el amor y la solidaridad entre las personas.
Ante una multitud congregada, el obispo llamó la atención sobre “creer que somos lo más importante del mundo” y afirmó que esto “ha convertido a la vida humana en tristeza, limitación y muerte”.
Aseguró que «en el interés por lo propio y en creer que el hombre puede dictaminar lo bueno y lo malo, lo que se debe hacer o no. El proyecto de Dios no era el camino de la autosuficiencia sino el de la paz y el amor”.
En el cierre de su homilía, pidió por la paz, el amor y la solidaridad entre las personas.