Un grupo de jóvenes misioneros riocuartenses compartieron sus días con comunidades originarias de Tuyunti y Piquirenda, en el norte de la provincia de Salta, cerca del límite con Bolivia. «Nos venimos con el corazón enorme», dijo Santiago Arce, uno de los riocuartenses que viajaron al norte.
Con el objetivo de ayudar, compartir y aprender, un grupo de misioneros riocuartenses viajó a la provincia de Salta, en donde durante diez días convivieron con las comunidades originarias situadas en el extremo norte del país.
En diálogo con Primero Noticias, Santiago Arce, uno de los 45 jóvenes franciscanos que participó de esta experiencia dijo que fueron «diez días de encuentro con el otro», y agregó: «Nosotros tenemos un lema que es encuentro agranda el corazón y nos venimos con el corazón enorme».
El joven franciscano de nuestra ciudad destacó que durante su visita por el norte salteño compartieron «las creencias, la cultura, muchas historias, anécdotas y nos trajimos hermosos recuerdos, miradas, abrazos y mucho cariño. Nos recibieron con los brazos abiertos, asique nos vinimos muy contentos. Nos trajimos rostros, sonrisas, abrazos, unas miradas tan simples, que algunos chicos se preguntaban: cómo con un abrazo se puede ser tan feliz».
El grupo conformado por 45 jóvenes franciscanos oriundos de nuestra ciudad viajaron el pasado jueves al norte salteño, uno de los sectores de nuestro país con mayor vulnerabilidad social y regresaron este domingo. Santiago Arce contó que 14 integrantes estuvieron en Piquirenda, en cercanías de Aguaray, una población ubicada al norte de Tartagal, a sólo 24 kilómetros de la frontera con Bolivia; mientras que el resto visitó la localidad de Yuyunti, en donde compartieron distintas actividades junto a 270 familias.
El joven franciscano dijo que la realidad en esa zona de nuestro país es muy difícil. Señaló que los niños comienzan a fumar desde muy temprano, lo cual dificulta las expectativas de vida. Aunque a pesar de la pobreza económico, destacó la riqueza humana de la gente del lugar.
Santiago recordó que realizaron una misa en la punta de un cerro, algo que realmente les llamó mucho la atención. «Nos tocó hacer una misa en la Virgen de Lluvia. Escalamos un cerro y teníamos toda la vista. Estábamos maravillados. Nunca pensé que iba a tener una misa ante semejante paisaje», contó.
Fue una experiencia hermosa, nos recibieron con carteles. nos recibieron todos muy emocionados, cantando.
Trabajos con la comunidad boliviana
Santiago Arce contó que también realizan este tipo de acciones misioneras en nuestra ciudad. «Todos los sábados en barrios Las Quintas nos juntamos para realizar distintas actividades y juegos. Manifestó que las mayores dificultades de los niños del sector son el consumo temprano de alcohol, tabaco y drogas.
