Con barro y material reciclado, integrantes del colectivo Respeto y de la organización barrial Los Orillas, construyen un salón de usos múltiples para los niños del barrio. Quieren que esto sirva de ejemplo para que más gente de la ciudad utilice esta técnica milenaria, simple, fácil y económica para edificar su propia casa.
El nuevo salón de usos múltiples permitirá que la organización barrial Los Orillas pueda continuar brindando contención y apoyo escolar a los niños que viven en la costanera norte del río.
“La idea es que en ese salón los pequeños puedan recibir apoyo escolar y tomar la merienda”, expresó Patricia Muñoz García, impulsora de esta organización barrial y concejal por el partido Respeto.
“Desde 2009 en adelante estuvimos dos años sin lugar físico, en casas de vecinos, luego construimos un lugar grande, pero después por cosas de la vida (murieron dos niños) mermaron las actividades”, contó Patricia García, quien agregó: “Ahora, debido a las propias necesidades del barrio queremos tener nuestro espacio propio”, con el objetivo de generar un espacio de contención afectiva, educativa y de recreación para los más pequeños.
Franco Altamirano, integrante del Vivero Comunitario Wichán Ranquén y concejal de Respeto, sostuvo que este salón de usos múltiples “se construye con barro, a partir de una técnica milenaria”.
“Estamos tratando de difundir esta técnica porque vale la mitad de lo que saldría con otro material. Se gasta muy poco dinero. Se hace con pallets reciclados, escombros, barrio, bosta de caballo y césped”, explicó Altamirano.
También destacó que este tipo de construcciones “genera mucha inercia térmica, no hay humedad en las casas de barro, lo cual es muy importante para aquellas personas que tienen algún tipo de enfermedad respiratoria. Es una técnica que la puede hacer cualquier persona y no te percude las manos”.
El concejal y defensor del medio ambiente, sostuvo que esta construcción del salón de usos múltiples “es una forma de difundir esta técnica para que más gente pueda hacerse casas lindas, baratas y muy confortables”.
En este sentido, indicó que “luego del barro, se le hace un revoque de cal, entonces el lodo sigue pudiendo respirar y después de acuerdo a la estética que se le quiera dar, uno la puede ir adornando. Te da muchas posibilidades de reciclar materiales, son casas baratas y muy bonitas”, concluyó el concejal que lejos del confort de las oficinas, aprovecha el tiempo para embarrase por una buena causa.
