Es lo que se necesita para comprar 4 garrafas de 10 kilos en un comercio de barrio. Se trata de un consumo medido para calefacción, cocina y baño. Anses advierte que la mayoría no cobró subsidios.
Las familias de menos recursos económicos tienen que destinar mil pesos o más en gas envasado para pasar el invierno. La garrafa de 10 kilos se consigue, en los comercios de barrio, a un valor que oscila entre los 250 y los 300 pesos y, en la época de frío, se necesitan cuatro por mes para cubrir las necesidades de calefacción, cocina y calefón, entre otras. Este año, el combustible por excelencia de los más humildes sufrió un aumento del orden del 30 por ciento.
En el barrio Ciudad Nueva (conocido también como 400 Viviendas), la gran mayoría de los vecinos usa el gas envasado en sus casas. La recarga de la garrafa de 10 kilos cuesta 250 pesos en los mercaditos del barrio, pero ese valor puede llegar hasta los 300 pesos en algunos lugares.
“A la gente siempre le va a convenir ir a buscar la garrafa a la planta distribuidora, pero no todos pueden hacerlo, porque no tienen auto y no les conviene tomarse un remís”, comenta Daniel, que atiende un kiosco en Ciudad Nueva.
“Normalmente, una garrafa puede durar 10 días, usándola a conciencia”, señala el hombre. No obstante, para mantener la casa calentita, puede que haya que tener 10 kilos extras de gas envasado, con lo cual deberían destinarse mil pesos por mes o más.
Elena, su mujer, explica que usan “una garrafa para la estufa, y otra para cocinar y para hacer andar el calefón. Hay veces en que hace falta mucho gas para calefaccionarse, además del gas para la cocina y el calefón”.
Extremar el cuidado
Además, precisa que cuida el gas todo lo que puede. “Por ejemplo, no prendo la estufa continuamente. Cuando tengo que dejar la puerta abierta del kiosco, la apago porque no tiene sentido tenerla prendida”, dice.
Además, el precio de la garrafa de 10 kilos subió mucho, porque saltó de los 200 pesos a los que se conseguía el año pasado, a 270 o 280 pesos, tal el precio que tiene hoy en día en los comercios de barrio.
Por su parte, Daniel dice que la demanda no bajó a pesar de que el gas envasado está más caro hoy en día. “A pesar de que hay menos plata en la calle, la venta de garrafas no bajó. Depende mucho de cómo se maneja la gente”, dice.
Inversión inicial
Ahora bien, para empezar a usar el gas envasado hace falta contar con más dinero. Sólo el envase cuesta alrededor de mil pesos.
Una de las alternativas al gas en garrafa es el kerosén. El litro de este combustible se consigue a 32 pesos en las estaciones de servicios.
En una de las bocas de expendio, en barrio Alberdi, aseguran que la venta creció este invierno. Según indican, se despacha un 20 por ciento más que en la misma época de 2017.
En buena medida se debe a la crisis económica. “Mucha gente lo usa porque puede comprar de a uno o dos litros, depende de la plata que tenga, mientras que para cargar la garrafa hay que pagar casi 300 pesos”, indicó el encargado de una estación de servicio.
Subsidio
En otro orden de cosas, desde la delegación de Anses indicaron que la ciudad de Río Cuarto y la región tienen 2 mil beneficiarios del programa Hogar, que subsidia el consumo de gas envasado a los usuarios de bajos recursos que no dispongan del servicio de gas natural.
Por regla general, Anses reconoce un valor mensual de 152 pesos, que se acreditan en la cuenta de los beneficiarios. Ese monto puede aumentar si se trata de una familia numerosa, o si hay una persona con discapacidad en el hogar.
No obstante, y más allá de esto, el titular de la delegación local, Matías Paloma, advirtió que un gran porcentaje de los destinatarios del subsidio nunca lo cobraron.
“Recién en los dos últimos meses hemos detectado que algunos empezaron a percibir el beneficio”, indicó el funcionario nacional.
FUENTE: Diario Puntal
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