La halló un vecino en barrio Limay. La familia reconoció su cuerpo por algunas pertenencias que llevaba consigo. Descartaron tanto un homicidio como un suicidio.
Las esperanzas de encontrar a Lidia Mabel Durquet con vida se esfumaron del todo ayer, cuando el cuerpo descubierto por un vecino de barrio Limay fue reconocido por la familia. La autopsia determinó que murió por causas naturales, por un “shock cardiogénico”, y descartó con esto las hipótesis de homicidio y de suicidio. Mientras se esperan resultados de las pruebas de ADN, la identificación se basa hasta ahora en objetos como las zapatillas, aros y un anillo que llevaba puestos.
La necropsia, realizada por el forense Martín Subirachs, indicó que la causa del deceso fue “shock cardiogénico”, una afección que se produce cuando el corazón deja de bombear sangre a los órganos, y suele tener consecuencia fatal.
La data de muerte es de entre 8 y 11 días y, si bien es aproximada, remite a los primeros días de la desaparición de Durquet.
En el mismo sentido, se informó que el cadáver se encontraba en un estado avanzado de descomposición, muy deteriorado, y eso dificultó la realización de la pericia.
El informe médico da cuenta además de que el cuerpo no tenía rastros toxicológicos o de otro tipo que sugieran que se haya quitado la vida por decisión propia.
No surgieron por otro lado indicios de agresión homicida, como tampoco lesiones ni marcas visibles de ataque sexual.
De todas maneras, para descartar cualquier posibilidad en este sentido, se tomaron muestras de las uñas e hisopados vaginal y anal, que se enviaron para un análisis de ADN.
Lo mismo se hizo con una pieza dentaria, pero en este caso con la finalidad de corroborar la identidad de la persona fallecida, a pesar de que los familiares de Lidia la reconocieron a partir de una zapatilla, un anillo y dos aros que tenía puestos, además del color de cabello.
“No hay indicios de que pudiera tratarse de un suicidio. No hay rastros toxicológicos en este sentido. Y tampoco hay un indicio criminal porque no hay rastros de agresión con arma o golpe”, indicó el fiscal Fernando Moine, que investiga el caso.
En otro orden, se informó que después de la realización de la autopsia, el cuerpo fue entregado al servicio fúnebre contratado por la familia para que se lleve a cabo el velatorio y puedan despedirse de Lidia.
El triste final de la búsqueda
Lidia Durquet, de 72 años de edad, era buscada por sus hijos desde el 29 de enero pasado, mientras que las autoridades habían librado una solicitud de paradero dos días más tarde.
A eso le siguieron más de ocho días de pesquisa, con rastrillajes en diferentes sectores de la ciudad, pedidos de colaboración a los vecinos y varias instituciones, días enteros de investigación y análisis de imágenes de las cámaras de videovigilancia, pero sin que arrojaran resultados.
Hasta que la Policía recibió, a primera hora de la madrugada de ayer, el aviso de un vecino de barrio Limay que divisó un cadáver entre la maleza de un baldío ubicado en Juan Islas al 1400, justo en el sector oeste que concentraba la mayor atención de los pesquisas.
El hallazgo del cuerpo disparó de inmediato el interrogante de si podía tratarse de Lidia Durquet, pero el estado de descomposición del cuerpo demoró los resultados de la autopsia y obligó a un reconocimiento por medio de algunas de sus pertenencias.
Un intenso operativo que movilizó a la ciudad
La búsqueda de Lidia Mabel Durquet insumió un gran esfuerzo de parte de las autoridades y no había arrojado resultados hasta que un vecino del oeste denunció la presencia del cuerpo que a la postre fue reconocido por la familia.
Vista por última vez durante los últimos días del mes pasado, se perdió todo contacto con la mujer el sábado 29 de enero.
Dos días más tarde, el 31, la Departamental Río Cuarto de Policía emitió la solicitud de paradero para dar con la mujer de 72 años, de la cual nada se sabía hasta entonces.
A partir de entonces, se inició una intensa búsqueda en la ciudad, con varias de las secciones de la Policía rastrillando zonas como descampados y pequeños montes urbanos, a la par que se llevaban adelante tareas de inteligencia.
Datos y pesquisa
El 3 de febrero una comerciante del centro indicó que vio a Durquet caminar por calle Constitución en dirección a la Plaza Roca, la mañana del sábado 29 de enero. Era el primer dato sólido en 5 días de búsqueda.
Ese mismo día, y el siguiente, se realizó una búsqueda subacuática en el lago de Villa Dalcar, con kayaks y buzos tácticos, y se amplió la pesquisa al oeste de la ciudad, en el extremo sur de la ruta A005.
En el medio, la Justicia investigó incluso si la mujer había salido de la ciudad, tomando en cuenta que uno de sus hijos vive en la región.
Todos esos esfuerzos resultaron infructuosos. Pero ayer un vecino de barrio Río Limay, alertado por un olor nauseabundo que provenía de un baldío, divisó el cuerpo que posteriormente sería reconocido por la familia de Lidia Durquet.
