El máximo futbolista surgido en nuestra ciudad jugó su último partido en el fútbol profesional. Ante más de 10 mil personas y con su familia en la tribuna, Pablo Aimar cumplió el sueño de jugar junto a su hermano para Estudiantes de Río Cuarto y le dijo adiós a la redonda.
Podría haber elegido un partido amistoso, pero Pablo Aimar, fiel a sus convicciones y consecuente con lo que predica, prefirió el desafío de jugar un encuentro oficial. Así fue como en un partido de Copa Argentina se despidió de su gente en la cancha que lo vio nacer.
Además el encuentro contó con un espectador de lujo porque Marcelo Bielsa, el ex-entrenador de la Selección Argentina, no se quiso perder la fiesta. El «Loco» dijo presente en la cancha y desde la tribuna alentó, aplaudió y disfrutó junto a los simpatizantes en la noche del «10» en el estadio Ciudad de Río Cuarto «Antonio Candini».
A pesar a no poder revertir el 1-2 de la ida para que su Estudiantes de Río Cuarto avance en la Copa Argentina ante Sportivo Belgrano, Pablo Aimar se retiró emocionado y muy feliz ante más de 10 mil personas que colmaron el estadio para verlo por última vez con los botines sobre el campo de juego.
“Este fue mi debut en la primera de Estudiantes y también el último. Se terminó esta etapa y estoy contento porque lo hice con mi hermano en la cancha, con mi papá en la tribuna, con esta camiseta y con la gente que me quiere”, manifestó Pablo Aimar, luego de jugar sus últimos minutos en el fútbol profesional.
Tras el partido, en el que completó 50 minutos, el ídolo de Messi expresó: «Fue una linda fiesta. Esto podía salir bien o no, para mí salió bien porque pude jugar con mi hermano, con la familia en la tribuna. Se termina una etapa acá, este fue mi último partido».
Pablo Aimar dijo que a partir de ahora seguirá como DT de la Selección Argentina Sub 17, ratificó que éste fue su último partido y aseguró que «Estudiantes tiene un buen equipo y puede subir a la B Nacional”.
El crack riocuartense agradeció nuevamente a la gente, a los dirigentes de Estudiantes y al plantel que le permitió cumplir con su sueño de retirarse jugando con su hermano Andrés. También reconoció todo el acompañamiento de su familia.
En este sentido, se refirió a la emoción que demostró su papá Ricardo, quien no podía ni hablar por el llanto permanente de alegría que tenía por ver a sus dos hijos juntos en el campo de juego y las demostraciones de afecto de la gente: «Lo entiendo, seguro que vivió algo divino que no nos vamos a olvidar. Yo no me lo voy a olvidar», dijo emocionado.
También se refirió a la presencia de Marcelo Bielsa: «Que haya venido es una emoción enorme para mí. No tenía idea de que iba a venir. Es alguien que no ponía el resultado por delante de nada más importante», dijo Pablo y agregó: “Los que hemos pasado por Bielsa sabemos que nos fuimos mejores jugadores».
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