Condenado por delitos de lesa humanidad, fue el último presidente en dictadura. Con domiciliaria, murió en el Hospital Militar.
Se ocupó de estar presente en el traspaso de la banda presidencial a Raúl Alfonsín en 1983, no sin antes decretar una ley de Autoamnistía de las fuerzas militares, y se convirtió en el último presidente de facto en el país, durante la última dictadura cívico-militar. Este miércoles, falleció.
Reynaldo Benito Antonio Bignone, genocida condenado por múltiples delitos de lesa humanidad, murió a los noventa años de edad en el Hospital Militar de Buenos Aires. Cumplía prisión domiciliaria.
Sobre él pesaba la cadena perpetua y fue hallado como responsable del robo de bebés de Campo de Mayo, privación ilegítima de la libertad y tormentos a presos políticos.
La última lectura de un fallo judicial en su contra había sido una perpetua dictada el año pasado, por su intervención en el Colegio Militar.
Fue secretario del Estado Mayor del Ejército mientras Jorge Rafael Videla se desempeñó como comandante en jefe de las fuerzas armadas y estuvo a cargo de la ocupación militar del Hospital Posadas apenas iniciada la última dictadura cívico-militar.
El lugar pasó a ser un centro clandestino de detención y varios trabajadores del nosocomio figuran en la lista de desaparecidos.
