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«Ningún vecino vio lo ocurrido»

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Los vecinos del barrio Abilene, sector donde ocurrió el asesinato de Claudia Muñoz, se encuentran conmocionados y desconcertados ante el terrible suceso acaecido. Ocurre que ninguna persona cercana al lugar del hecho vio nada y tampoco notaron un cambio de rutina o de personalidad en la víctima.

En diálogo con Primero Noticias, Emanuel  Cavalleris, profesor del gimnasio al que asistía con regularidad la mujer, sostuvo que el crimen debe haber ocurrido en un lapso de tiempo que transcurrió entre las 16 30 horas y las 17 horas, ya que Muñoz abrió el local como todos los días en horario comercial y a la media hora fue encontrada tirada en el piso de su local.

De acuerdo al relato del joven, la mujer asistió a la clase deportiva que dirigió de 15 horas a 16 horas y al retirarse se fue a su casa a cambiarse, predispuesta a retornar al sector para abrir las puertas del comercio del cual era propietaria.

«Ella estaba apurada por irse (…) se demoró un ratito la clase, salieron más tarde, cinco minutos más tarde (…) se quería ir rápido para poder cambiarse en su casa y volver porque vive lejos de aquí», dijo el profesor.

Fue a las 17 horas cuando una señora que también asiste al gimnasio, cruzó al frente donde queda ubicado el local y encontró a Claudia tirada en el piso. «Ella, asustada, se cruza acá a llamar a la dueña del gimnasio que es mi prima y le dice que la encuentra tirada (…) se cruzan y, como ellas se conocen mucho más porque hace más de cuatro años que viene aquí al gimnasio, se cruzan y la encuentran tirada y hacen el llamado a la policía y a la ambulancia», relató Cavalleris.

«La encuentran tirada en la parte del probador de ropas que es adentro del local», añadió.

El entrevistado aseguró que, de acuerdo a lo que su prima le contó, todos los elementos del lugar estaban en orden, el celular, la cartera, detalles que descartarían un posible robo como móvil de la causa.

Si bien el lugar del homicidio se encuentra dentro de una zona muy transitada, ningún vecino habría escuchado gritos o presenciado el fatal ataque.

«Los únicos negocios con cámaras son Gentile y Pirani», anticipó Cavalleris, refiriendo que las filmaciones podrían utilizarse a fin de aportar datos de relevancia.

«Era una excelente persona, se llevaba bien con todo el mundo» destacó el profesor, visiblemente consternado.

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