En el día del bicentenario, los Jaguares recibieron en Velez a los Highlanders, la dura franquicia de Nueva Zelanda que sólo tardó un minuto y medio en imponer su hegemonía.
Los deseos de Facundo Isa de llevar el duelo a la zona rival se esfumó con la velocidad de los oceánicos. Ben Smith capitalizó el desorden local y abrió el marcador de forma prematura. La patada de Lima Sopoaga confirmó la superioridad para marcar el 7 a 0 inicial.
El descuento a través del penal de Nicolás Sánchez le dio esperanzas al combinado nacional, pero un error de Jerónimo de la Fuente le dejó servido el camino limpio a Bob Thompson para que apoye en el ingoal. El golpe tuvo un dolor adicional por las oportunidades desperdiciadas de Martín Landajo y Agustín Creevy.
Sobre la media hora, una acción iniciada y terminada por Elliot Dixon le sirvió a Highlanders para estirar la diferencia. El circuito ofensivo de los neozelandeses funcionó a la perfección y antes de que finalice la primera etapa Sopoaga selló el 21 a 3, aunque la sociedad entre Martín Landajo y Juan Martín Hernández le dio 5 puntos más a los Jaguares con un try por el sector derecho.
Como el ángulo no favoreció a Nico Sánchez, el tucumano no pudo achicar la distancia. Una situación opuesta al pedido de palos de Sopoaga con el último penal de los 40 minutos iniciales. A pesar de la distancia, el originario de las Islas Cook impuso el 24 a 8. El pleito se resolvió antes del descanso.
En el complemento no varió la tendencia del espectáculo. Otro penal ejecutado a la H volvió a silenciar al José Amalfitani. Highlanders hizo lo que quiso con los Jaguares. Cuando los de Nueva Zelanda querían sumar, lastimaban. Cuando querían descansar, manejaban los tiempos del partido. Cuando se querían lucir, llegaban al ingoal. Así, Elliot Dixon volvió a festejar ante la débil defensa argentina. Como la conquista fue completa, la caída nacional fue de 34 a 8. La decimosexta ronda del Súper Rugby le dejó un sabor amargo al elenco de Raúl Pérez.
