El viernes 18 de septiembre, en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) se llevó a cabo un homenaje a Miguel Ángel Zavala Ortíz, político fallecido que participó del golpe de Estado contra el presidente Juan Domingo Perón en 1955 e integró la Dictadura cívico-militar de 1976.
Zavala Ortíz fue electo diputado en 1948 pero fue suspendido tres años más tarde por su participación en el intento fallido de derrocar a Perón, el 28 de septiembre de 1951. Casi cuatro años después, el 16 de junio de 1955, volvió a intentarlo como comando civil armado en tierra; cuando el dirigente radical sobrevolaba el centro porteño, y en Plaza de Mayo auxiliaban a los heridos del desastre que había caído sobre trabajadores, transeúntes y pasajeros del transporte público; en ese momento, Zavala Ortíz dejó caer las últimas bombas sobre civiles indefensos, al mando de uno de los aviones asesinos. Luego de exiliarse en Uruguay, volvió al país con el golpe triunfante del 16 de septiembre del ’55, e integró la Junta Consultiva de la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas, que fusilaría a civiles y militares que se alzaron un año más tarde contra la dictadura y la proscripción del peronismo. Zavala Ortíz nunca fue juzgado por el crimen del que fue protagonista material e intelectual. También fue funcionario de la última Dictadura cívico-militar, como embajador en Portugal.
Es en este contexto es que el homenaje de la universidad pública generó un gran revuelo en nuestra ciudad. El profesor universitario Hugo Aguilar presentó una carta de repudio ante el Consejo Superior de la casa de altos estudios local que, entre otras cosas reza lo siguiente: «Tenemos un Estatuto muy claro, cuyos principios fundamentales son la defensa de la democracia y el respeto de los derechos humanos (…) Hay un marcado malestar en mucha gente y que no se ha verbalizado o convertido en discurso. Ese silencio no es sano, porque si dejamos pasar esto vamos a ser testigos de homenajes a Luciano Benjamín Menéndez o Jorge Videla»
