En una rueda de prensa ante medios extranjeros en la residencia de Olivos, el presidente Mauricio Macri expresó su preocupación respecto a la situación de la República Bolivariana de Venezuela.
El mandatario argentino declaró que el país “no puede seguir como está” y llamó al dialogo «para que se dé un proceso de transición».
«Siento que el pueblo venezolano la está pasando muy mal, así que yo le pido al gobierno de Venezuela que abra la puerta del diálogo porque así Venezuela no puede continuar», dijo.
Durante la campaña presidencial del 2015 Macri sostenía que apoyaría la aplicación de la cláusula democrática contra Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Dicha maniobra se explicaba por la valoración negativa que el por aquel entonces candidato a presidente realizaba de lo que dieron en llamar «violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos».
Más allá de aquellas intenciones, que valieron para construir un discurso en épocas electorales, no es el mismo de la realidad actual. La ministra de Exteriores, Susana Malcorra, sostuvo días atrás que, si bien la situación venezolana era “complicada”, aún no era el momento de aplicar la clausula.
«Estoy aún más preocupado de lo que estaba hace unos meses atrás con lo que pasa en Venezuela. Las noticias que llegan son alarmantes, en términos de tensión que tiene la población, falta de alimentos, medicamentos, energía», remarcó el presidente de Argentina, sin hacer mención a la situación de los «presos políticos».
Desde Venezuela, referentes del espacio chavista y defensores del gobierno de Nicolás Maduro expresaron en las redes sociales su repudio a las declaraciones de Macri.
La canciller Decly Rodríguez, utilizó su cuenta en Twitter para advertir al Presidente argentino que “todo el que se mete con Venezuela se seca”.
