Lo expresó Lara Carrascosa, de la Asociación Protectora de Animales Río Cuarto, al referirse a la aprobación de la ley que prohíbe las carreras de galgos.
En la madrugada de este jueves se aprobó en Diputados la ley que prohíbe las carreras de galgos; la iniciativa fue respaldada por 132 votos y prohíbe “en todo el territorio nacional la realización de carreras de perros, cualquiera sea su raza”. Establece, entre otras cuestiones, que quienes organicen, promuevan, faciliten o realicen carreras de perros, serán reprimidos con prisión de tres a cuatro años y multas que van de 4 mil a 80 mil pesos.
“Estamos muy felices porque hemos tenido una lucha realmente importante para sacar esta ley en Buenos Aires”, expresó en los estudios de Primero Noticias Lara Carrascosa, integrante de APARC (Asociación Protectora de Animales Río Cuarto). “Ahora, vamos a seguir trabajando, ya venimos haciéndolo, pero de a pocos pasos”, agregó.
Según comentó, tras la realización de carreras de galgos en lugares clandestinos de la Ciudad, encuentran animales muertos, tirados, lesionados y quebrados: “Después de carreras en lugares clandestinos es notoria la cantidad de animales que encontramos muertos, tirados, lesionados, quebrados (…) los tiran. Encontramos permanentemente muchísimos animales desechados, en condiciones aparte terribles, porque les colocan inyecciones para estimularlos, les provocan quebraduras, problemas en sus manos delanteras, no pueden caminar después, son muchísimas las dificultades que tiene el animal”, manifestó Lara.
Por otra parte, señaló que regularlas significaría un costo altísimo, pero además, el animal no dejaría de ser explotado.
Finalmente, dijo que ahora sigue el trabajo por la prohibición de los caballos utilizados en la doma, las carreras en los hipódromos y de algunos otros juegos donde se utilizan caballos como el pato, “la mayoría de los caballos son amputados por lo que significa el juego; en las carreras de domas vemos permanentemente cómo se sacrifican animales”, comentó Lara, aunque reconoció que va a ser mucho más difícil prohibir las carreras de caballos por los intereses económicos y políticos que hay en juego.
