En la jornada del bicentenario de nuestra patria, la Iglesia Catedral fue casa del Tedeum del 9 de julio, encabezado por el obispo diocesano Adolfo Uriona. En una ceremonia que contó con la participación del intendente municipal, Juan Manuel Llamosas, el ex gobernador José Manuel de la Sota y su mujer, la diputada Adriana Nazario, Uriona emitió un mensaje de preocupación, pero también de esperanza y consejo de cara a la construcción del país.
“Los congresales pensaron la patria como una gran familia donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos en su historia. Hoy nos toca a nosotros asumir el compromiso como ciudadanos de seguir forjando esta noble nación”, dijo monseñor Uriona hacia el comienzo de su discurso.
El obispo de la diócesis Río Cuarto advirtió sobre las problemáticas del país y sostuvo que “la familia de los argentinos está en riesgo” a causa del “desencuentro, la droga y el descuido del medio ambiente”.
“Percibimos con claridad que el principal de nuestros males es el desencuentro que no nos deja reconocernos como hermanos, pero también experimentamos dolorosamente una corrupción generalizada, el narcotráfico y el descuido del medio ambiente”, dijo.
Uriona resaltó que “es necesario construir una casa común tanto en las alegrías como en las tristezas”, y expresó que solo se llegará a ese objetivo “trabajando y luchando denodadamente contra todo lo que afecta a los valores sociales y a la vida íntegra de cada argentino”.
“Le pedimos a Dios que queremos trabajar para construir una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común, inclusiva, que respete las diferencias y se preocupe por los más necesitados. Una nación tal como la soñaron los valientes congresales de 1816”, concluyó.
